Una frase que invita a reflexionar sobre la importancia del cuidado y uso consciente de este recurso esencial para la vida.
El agua en la tierra supone un 71 % de la superficie terrestre, es decir: tres cuartas partes de nuestro planeta se compone de H2O. Parece bastante, y lo es, pero el problema es su distribución y su difícil accesibilidad para ser utilizada por el ser humano.
La cantidad total de agua que hay en el planeta es 1.386.000.000 millones de metros cúbicos, de los cuales 1.338.000.000, casi el 96,5 %, es agua salada que se encuentra en mares y océanos. Solo un 3 % del agua del planeta es dulce, donde el 1,74 % se encuentra en forma de hielo en los glaciares y casquetes polares, que hoy en día como consecuencia del cambio climático, se están derritiendo.
El resto del agua se encuentra en ríos, lagos, atmósfera; el agua representa entre el 50 y el 90 % de la masa de los seres vivos, siendo un 75 % en el caso de los seres humanos y llegando hasta el 90 % en el caso de las algas. Por tanto, el agua es indispensable para que la supervivencia de las especies continúe y para que el mundo siga desarrollándose económicamente.
Por ello, debido a que casi toda el agua del planeta es salada, la desalación representa una alternativa eficaz y real para conseguir agua potable para beber, agua para nuestra higiene y para obtener nuestros alimentos; así como agua apta para producir la energía que utilizamos y para llevar a cabo nuestras actividades económicas.